Hace diez años, cuando el arqueólogo James Gibb y su equipo, del Centro de Investigaciones Ambientales del Smithsonian, comenzaron la excavación de Woodlawn House—la edificación más antigua en su sitio original de la colección del Smithsonian—la historia no tardó en anunciarse.
El equipo pronto descubrió los restos de una “cocina de verano” que data de fines de los años 1700, ubicada a unos cien pies de la casa original, que fue construida en 1735. “La pala entró en la tierra, oímos un ruido fuerte y supimos que habíamos golpeado el ladrillo,” recuerda Gibb. “Nadie sabía que la cocina estaba ahí.”
Woodlawn House tiene vistas a las tierras de cultivo en el campus de 2,650 hectáreas del centro de investigación en Edgewater, Maryland, cerca de la bahía de Chesapeake. Contiene muchas historias que contar—sobre la historia estadounidense y cómo los humanos impactan la tierra con el paso del tiempo. Pero, hasta este verano, muy pocas de esas historias se han presentado al público en general.
Esto cambiará el 29 de junio cuando Woodlawn House abrirá sus puertas a los visitantes por primera vez. Su nueva encarnación incluirá un nuevo centro de bienvenida de SERC y una exhibición permanente, Woodlawn History Center, que traza la historia de la casa y la tierra alrededor, desde los asentamientos de los nativos americanos hasta hoy.
La exhibición fue co-creada por el equipo único de científicos voluntarios de SERC, quienes llevan a cabo el estudio arqueológico de Woodlawn House. La investigación de estos voluntarios, que incluyen tanto estudiantes de secundaria como jubilados, ha sido indispensable para comprender la vida de la casa.
Woodlawn House fue construida originalmente para el agricultor de tabaco William Sellman y su familia, quienes fueron una de las primeras familias europeas en establecerse en Maryland y cuyos descendientes vivieron en la casa hasta alrededor de 1910. La familia Kirkpatrick-Howat fue propietaria de la casa hasta 2010, cuando el Smithsonian adquirió la edificación.
Además de las dos familias, otros que vivieron dentro y alrededor de la casa incluyeron sirvientes, agricultores arrendatarios y afroamericanos esclavizados. Sabemos muy poco sobre los residentes esclavizados; el equipo de SERC está trabajando con un historiador y genealogista afroamericano local para investigar este grupo.
“Este pequeño lugar tiene muchas conexiones importantes con la historia estadounidense, desde la época colonial, a través de la esclavitud, la Revolución Americana, Jim Crow y más allá,” dijo Christine Dunham, gerente de programas y curadora de exhibiciones. “Tambien nos enfocamos en la historia ambiental: el uso nativo de la tierra y el impacto de los colonos sobre aquella, hasta los últimos propietarios de la casa, quienes sembraron un arboreto en el patio.”
Uno de los artefactos más interesantes que encontró el equipo arqueológico vincula la agricultura colonial temprana con el comercio. Un pequeño cuenco de pipa de tabaco, que data de las décadas de 1650 a 1670, tiene figuras de palo de ciervos en un estilo nativo estadounidense, mientras que la forma del cuenco es de estilo europeo. El híbrido seguramente fue un producto nativo hecho para los consumidores europeos.
A medida que Woodlawn House comienza su próximo capítulo, dará vida a más historias como esta— entrelazando la historia, la arqueología y el medio ambiente de maneras sorprendentes.
Los descendientes de las familias Sellman y Kirkpatrick- Howat proporcionaron el apoyo para la exhibición de Woodlawn House.
Incluyen a Betsy Kirkpatrick-Howat, Stephen y Eva DeVience, Sally Sellman y Bob Gombar, y Bernard y Jean Sellman Graf.
Publicado en Junio de 2022 en IMPACT Vol. 8 No. 2
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